¿Por qué comer despacio es importante?
En la actualidad, muchas personas deben realizar múltiples actividades diarias y cuando llega la hora de la comida, apenas mastican sus alimentos, y continúan sus tareas.
Sin embargo, este tipo de conducta puede desarrollar, con el tiempo, una serie de dolencias relacionadas con la digestión.
De allí la necesidad de comer despacio y con calma lo cual puede traer diversos beneficios para el organismo. A continuación, se describe algunos de ellos.
Beneficios para el organismo
Comer despacio tiene grandes bondades en diversas partes del cuerpo; además, ayuda enormemente al proceso digestivo y a otras áreas, tales como:
■ Boca. La saliva tiene una función antibacteriana; por esta razón, al darle muchas vueltas a la comida dentro de la boca, se facilita su segregación, para eliminar numerosas bacterias que pueden venir en la comida. Además, ayuda a digerir los alimentos con mayor facilidad.
■ Cuerpo. Masticar lentamente permite que el organismo absorba muchos de los nutrientes de cada una de las comidas. Igualmente, mantener un ritmo pausado a la hora de comer, ayuda a llenar el estómago con más rapidez; por ende, los platos estarán menos cargados.
■ Intestino y estómago. Al masticar muchas veces cada uno de los bocados, se garantiza una digestión más saludable y ligera. Igualmente, es necesario comer poco a poco para ir despertando los jugos gástricos, que ayudarán a asimilar las propiedades de los alimentos, y también a evitar los dolorosos y molestos trastornos digestivos, que usualmente ocurren al ingerir alimentos con rapidez.
¿Cómo lograrlo?
Al cambiar pequeños hábitos a la hora de comer, y tomando por lo menos una hora para cada ingesta, se pueden obtener grandes logros que beneficiarán enormemente a todo el organismo. Los pasos más recomendables son:
■ Escoger un horario de comidas donde se pueda estar completamente relajado. Optar por una habitación tranquila, que no tenga televisores ni elementos de distracción.
■ Los problemas se deben dejar a un lado, para centrar la atención en el disfrute de los alimentos.
■ Masticar un mínimo de siete veces cada uno de los bocados.
■ Concentrarse en comer lentamente, y compartir con las personas que estén haciendo compañía en el momento.
■ Evitar ingerir los alimentos de pie, o en sitios que resulten
ser muy incómodos. En lo posible, acompañar las comidas con agua o jugos naturales, y evitar los refrescos o bebidas alcohólicas.
¿Contribuye con el peso?
El hecho de comer despacio, permite que se disfrute el sabor de los alimentos, favorece a una digestión completa y adecuada, e igualmente colabora a mantener un peso estable, y a conservarlo así. Esto último sucede, porque la sensación de estar lleno, llega al cerebro 20 minutos después del primer bocado; al comer despacio, esa sensación se genera con más rapidez, por lo que, consecuentemente, se terminan ingiriendo menos alimentos, y se logra perder peso poco a poco.
Desventaja de la rapidez
Cuando un individuo se acostumbra a comer rápido, consecuentemente puede ir perdiendo el verdadero placer de comer, y este hábito se tornará en parte de la rutina. El hecho de masticar con mucha prisa, produce que el proceso de digestión se haga más lento, que se trague más aire, y que no lleguen las señales del estómago al cerebro en el tiempo adecuado.
Como consecuencia, hay una mala absorción de los nutrientes, exceso de gas, gastritis, y la sensación de hambre será más frecuente. También es recomendable llegar a la mesa con poca o moderada sensación de hambre; así, se evitará devorar todo lo que esté al alcance. Para lograrlo, no se debe saltar ninguna comida, y las meriendas deben consistir en frutas o yogur, que no aporten calorías, y que eliminen por completo la ansiedad.
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