El calcio y su importancia durante el embarazo
El calcio es un mineral imprescindible en la dieta de toda persona, pero aún más en el caso de la embarazada (tanto en el organismo materno como en del niño).
Es es así debdio a que se necesita para la correcta formación de la masa ósea, que está compuesta en un 60 por ciento de calcio, y de la dentadura del bebé.
Con respecto a la embarazada, este mineral está estrechamente relacionado con el funcionamiento de los músculos y de órganos tan importantes como el corazón, que cuando estás embarazada se ve sometido a un esfuerzo extra.
Por si esto fuera poco, algunas investigaciones han concluido que tener unos niveles adecuados de calcio puede protegerte de padecer patologías como la preeclampsia (tensión alta), tan peligrosa en la gestación. Sin embargo, según un estudio reciente, muchas mujeres alrededor del munod no disponen de los niveles precisos en esta trascendental etapa.
¿Me bastará con la dieta?
La embarazada deberá tomar alimentos que contengan calcio durante todo el embarazo, y a diario, pero sobre todo en el tercer trimestre, porque la placenta va llevándolo al feto, y es en los últimos tres meses cuando más depósitos se forman.
No basta con comer algunas veces por semana alimentos ricos en este mineral. ya que se necesitará día a día, y eso se puede conseguir con una dieta adecuada. Además, si a través de la alimentación no se toma lo suficiente, el médico prescribirá un suplemento de calcio. Pero, aunque se tome alguno, no se debe descuidar la alimentación, pues estos preparados no suelen aportar más de 400 mg, y se necesita ahora, como mínimo, 1.000 mg al día de calcio.
Es decir, en contra de lo que se piensa habitualmente, no se necesita tomar más leche durante el embarazo y la lactancia, pero sí asegurarte esos 1.000 mg al día de calcio.
La importancia de la leche
Sin duda, la fuente de calcio más importante con la que puede se contar en la dieta son los lácteos, tanto que es muy difícil llegar a los niveles requeridos si prescindes de ellos. Ya sea en forma de queso, yogur, leche o derivados, su componente calcico es muy elevado y, además, la lactosa facilita su absorción.
Leche. Tres vasos grandes de leche al día te aportan todo el calcio que necesitas en el embarazo y la lactancia. Puede ser entera, desnatada o semidesnatada y también sirve la leche de soja enriquecida.
Si por las náuseas no te apeteciera o no toleraras la leche, hay algunos trucos que puedes seguir para camuflarla, como echar leche en polvo o evaporada en todos los platos que la admitan: purés, cremas…
Queso. Cuanto más curado está un queso, más rico en calcio es, así que elige variedades como el manchego, el emmental y el de bola. Los quesos de untar y en lonchas son los de menor contenido calcico del mercado.
Yogur. El yogur, los postres con L. Cassei Imunitass y el tofu son una excelente fuente de calcio para completar los aportes que necesitas durante el embarazo y la lactancia.
Productos enriquecidos. En el mercado encontrarás un montón de productos enriquecidos en calcio: zumos, batidos, postres… que te pueden aportar unas dosis extra de calcio muy necesarias para llegar a las cantidades que tu organismo precisa durante el embarazo y la lactancia.
¿Y si no tomo suficiente?
Las consecuencias de un insuficiente aporte de calcio durante los nueve meses de gestación se dejan notar sobre la salud de la madre y del niño.
Como el organismo siempre tiende a proteger al bebé en formación, si no se le facilitan los aportes calcicos que necesita, las tomará de las reservas acumuladas en los huesos maternos, con el consiguiente riesgo en un futuro de que la mujer pueda padecer osteoporosis.
Además, según algunos estudios, el déficit en los niveles de calcio estaría relacionado con los partos prematuros, el bajo peso del bebé al nacer y la posibilidad de sufrir contracciones antes de tiempo.
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