Beneficios del cobre para la salud
El cobre es un nutriente esencial y diariamente se necesita una cantidad de entre 1 y 2 mg en el caso de los adultos y entre 0,5 y 1 mg en el caso de los niños.
Los alimentos ricos en cobre son la mayoría de nueces y semillas, el chocolate, los garbanzos, el hígado y las ostras; un individuo de unos 80 kg de peso contendrá de 120 a 150 mg de cobre en el organismo.
Es importante observar que el cobre brinda gandes beneficios para la salud y que, a continuación, se detallan:
El cobre y sus beneficios para el organismo
El cobre previene la artritis, interviene en el desarrollo de los huesos, en el funcionamiento del sistema nervioso y en la síntesis de hemoglobina, entre otras cosas.
En este sentido, el uso de cobre para tratar la artritis reumatoide proporciona uno de los mejores ejemplos de cómo un nutriente puede ser superior a las terapias farmacológicas de la corriente principal.
En investigaciones realizadas recientemente, se les administraron a un grupo de pacientes dosis intravenosas de un compuesto de salicilato de cobre a 1,140 personas con artritis reumatoide. Para 89% de ellas, la inflamación de las articulaciones disminuyó y aumentó la movilidad de las articulaciones. Las fiebres y otros signos de actividad reumática entraron en remisión durante un promedio de tres años.
En otro estudio de Sorenson, el salicilato de cobre libró a 168 de 280 personas del dolor de piernas y de todos los demás síntomas de su neuritis ciática.
El cobre ayuda al cuerpo a producir superóxido de dismutasa (sod), su enzima antiinflamatoria intracelular más terapéutica.
Por el otro lado, el cobre es esencial para mantener la capacidad de bombeo del corazón, prevenir aneurismas y asegurar el crecimiento de tejido conectivo arterial fuerte que no se rompa.
El tejido conectivo propio del músculo cardiaco también depende del cobre para prevenir una forma nutriciona de cardiomiopatía. Cuando limitamos el cobre, perdemos una enzima llamada ceruloplasmina, un antioxidante vital que nos protege de la amenaza del hierro libre.
Mantener el balance del cobre en el organismo resulta esencial
El doctor y los exámenes de laboratorio pueden determinar si sus niveles de cobre son demasiado altos o demasiado bajos.
Muchos estadounidenses son más propensos a sufrir escasez de cobre que excedentes. Encuestas recientes muestran que sólo 25% de los estadounidenses consume suficiente cobre; la mayoría sólo obtiene 50-60% de la cantidad diaria recomendada,2 la cual es de sólo 2 mg al día.
Los vegetarianos también se arriesgan a una escasez, y nuestro consumo siempre en aumento de endulzantes de maíz de alta fructosa, los cuales pueden agotar los niveles de cobre, incrementa las deficiencias. Por último, la escasez de cobre está extendida entre los residentes de asilos.
Además de las causas dietéticas, algunos trastornos reducen la absorción de cobre o su transporte o aumentan los requerimientos y, en estos casos, dan lugar a niveles sanguíneos anormalmente bajos.
La ingesta aumentada de cobre mediante la dieta o la suplementación es necesaria en las siguientes condiciones:
• Recién nacidos prematuros que sólo toman leche de fórmula.
• Mujeres embarazadas.
• Malnutrición.
• Enfermedad celíaca, esprue, fibrosis quística o síndrome del intestino corto (estas enfermedades producen una absorción escasa del cobre de la dieta).
• Enfermedad renal.
• Consumo elevado de zinc o hierro (estos minerales interfieren con la absorción de cobre).
• Alimentos muy procesados (el cobre se pierde durante el procesamiento del alimento).
• Síndrome de Menkes (en esta enfermedad, el déficit de cobre está causado por defectos genéticos en su transporte; los pacientes con síndrome de Menkes no pueden utilizar el cobre aportado por la dieta).
Sin embargo, el exceso de aporte diario es peligroso debido a la toxicidad del cobre. Este es un problema médico muy importante.
La toxicidad aguda por ingestión o una suplementación excesiva, por ejemplo, pueden causar náuseas, vómitos, dolor de estómago, diarrea, vértigos, dolor de cabeza y un sabor metálico en la boca.
La toxicidad crónica suele estar producida por defectos genéticos en el metabolismo del cobre, como la enfermedad de Wilson. En esta enfermedad, el cobre no se elimina de forma adecuada, por lo que se acumula hasta niveles tóxicos.
El cobre se encuentra a elevadas concentraciones en lugares donde no es habitual, como el hígado, el cristalino del ojo, los ríñones y el cerebro.
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