Aloe vera o sábila: Propiedades y recetas saludables
El aloe vera o sábila es una planta originaria de África. Las distintas especies de aloe pueden tener tallo visible o no, y esta característica determina su clasificación por tipo.
Las hojas son duras, gruesas y carnosas, que en las especies sin tallo se encuentran dispuestas en pisos sucesivos, en forma alternada dos a dos, como en el caso del A. saponaria, var. variegata, tres a tres, como el A. barbadensis var. mitriformis, o en rosetas radiales de cuatro o más hojas, alternando los ángulos de modo que todas ellas puedan acceder a la luz solar, como en el caso del A. vulgaris.
En el caso de las especies con tallo o tronco, se disponen en rosetas alternadas de 10 a 50 o 60 hojas, en los extremos libres de ellos.
La forma de las hojas sugiere la de una espada, aunque en algunos casos (A. aristatá) son más cortas y anchas, lo que sumado al color veteado de verde y blanco de la superficie las hace muy cotizadas como plantas ornamentales (A. vulgaris).
Los bordes de las hojas poseen fuertes espinas, cónicas o triangulares, a veces curvas, generalmente de color amarillento; sólo en contadas variedades (variegata, rubescens), estas espinas se han modificado, formando un borde coriáceo continuo, que protege a la planta de los depredadores naturales. En algunas especies «generalmente las arborescentes» existe también una tercera hilera de espinas en la parte dorsal de la hoja (A.ferox var. spicata), y unas pocas presentan espinas modificadas en toda la superficie de la hoja, como el A. socotrino var. spinosissima.
Dos características interesantes de las hojas de aloe, aunque frecuentes en las plantas xerófilas, son: una, la de poder cerrar completamente sus estomas (poros) para evitar la pérdida de agua por evaporación durante los períodos estivales, y la otra, la de reponer rápidamente la epidermis cuando se produce una fractura o un corte en la superficie.
Casi todas las variedades de aloe, sean herbáceas o arborescentes, poseen vistosas flores de forma tubular, dispuestas en racimos, que pueden ser verticales (espigas) o colgantes (umbellas o sombrillas).
Las corolas de las flores se componen de 4 o 6 pétalos de color blanco, amarillo, rosa, naranja o rojo, adheridos entre sí hasta formar un único tubo recto o ligeramente curvo, en ocasiones con un leve ensanchamiento en la parte de sujeción, donde se alojan los órganos sexuales de la flor.
La época de floración varía considerablemente según las especies, por lo que no se puede efectuar una generalización.
Las flores dan lugar a frutos secos, en forma de cápsulas dehiscentes,alargadas, que encierran semillas generalmente híbridas. Sin embargo, estas semillas no son demasiado relevantes para la propagación de la especie, ya que los principales métodos reproductivos del aloe son: acodos (partes de la planta que se inclinan y tocan el suelo echando raíces propias); gajos (trozos rotos que se arraigan al caer); estolones (vastagos rastreros que brotan de la base del tallo y se extienden hacia afuera, echando raíces cada tanto, y dando así nacimiento a nuevas plantas).
Propiedades de aloe vera o sábila
Además de las funciones bactericidas en aplicaciones directas, sobre heridas, llagas y quemaduras, el aloe tiene gran efecto sobre las infecciones bacteriales internas, especialmente del sistema digestivo, como las provocadas por las bacterias del gen. scherichia, (gastroenteritis, colitis, enterocolitis, escorbuto, cólera, disentería, etc.) y del sistema urinario y reproductor, como blenorragias, sífilis y otras enfermedades venéreas.
Igualmente ayuda a aliviar trastornos digestivos. respiratorio, urinario, entre otros.
Recetas saludables con aloe vera o sábila
Receta saludable con aloe vera o sábila #1: Pollo al aloe
Ingredientes para cuatro personas:
1 pollo trozado en 8 porciones
1 ají morrón rojo
1 cebolla cortados en trozos no muy pequeños
2 tomates cubeteados
2 zanahorias chicas medianas cortadas en rodajas finas
4 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharadita de extracto de tomate
Sal
Pimienta
2 hojas de laurel
1 clavo de olor
harina, cantidad necesaria.
Para macerar:
1 ají morrón verde
1 cebolla grande
sake dulce o vermouth rojo
cantidad necesaria
1 hoja de aloe quitadas las espinas y pelada, pero sin retirar la parte amarga;
1 ramito de estragón fresco picado
2 dientes de ajo machacados.
Maceración:
Procesar juntos la cebolla, el ají, el estragón y el aloe, hasta formar una pasta homogénea; agregar el sake o vermouth necesarios, y cubrir las presas de pollo; dejar reposar al menos 6 horas, dando vuelta las presas hacia la mitad del tiempo de maceración.
Preparación:
Retirar las presas de la maceración, rebozarlas en harina y freirías a fuego fuerte, para cerrar los poros. Retirar las presas y rehogar en el mismo aceite el ají morrón, las zanahorias y la cebolla; hasta que ésta última esté transparente. Mientras se rehoga, calentar el líquido de la maceración, agregándole el extracto de tomate, el laurel, el clavo de olor, y una cucharadita de azúcar, y desglasar con él el fondo de cocción, raspando la cacerola con una cuchara de madera.
Reponer las presas de pollo, cuidando que el líquido las cubra; en caso de no alcanzar, agregar más sake, previamente hervido para eliminar el alcohol. Al término de la cocción (alrededor de 30 minutos a fuego medio), controlar el sazonamiento, y si se desea una salsa más espesa, agregar una cucharadita de almidón de maíz disuelta en agua fría y calentar unos minutos más.
Receta saludable con aloe vera o sábila #2: Ensalada tibia de hongos y pollo
Ingredientes para 2 personas
2 pechugas de pollo, cocidas
200 g de champignons frescos, cortados enfetas no muy finas
200 g de gírgolas, cortadas en juliana
200 g de setas, fileteadas
1 paquete de rácula
Para el aderezo:
Aceite de oliva
vinagre de estragón o aceto balsámico
una cucharada de pulpa de aloe, con parte del zumo (puede usarse polvo de aloe)
sal
pimienta verde
1 cucharadita de mostaza en polvo
un toque de salsa Diable.
Preparación
Se dividen las pechugas de pollo con los dedos, en presas pequeñas, se humedecen con la salsa Diable y se disponen sobre una cama de rúculas sin los tallos, lavadas y secas. En el momento de servir, se blanquean los hongos (no más de 2 o 3 minutos) en agua hirviendo con un puñado de sal marina y unos granos de pimienta verde, se cuelan y se disponen en forma de corona alrededor del pollo frío. El aderezo se prepara aparte, en una salsera, para que los comensales se sirvan a su gusto.
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