Alimentos para combatir las várices
Comer de manera equilibrada, siguiendo una dieta rica en frutas y verduras, y reducida en sal y grasas, es el primer tratamiento para quien sufre de várices.
En este sentido, se aconseja ingerir un plato grande de verduras crudas antes de cada comida con lo cual ayuda a saciar el apetito aportando muchos nutrientes y pocas calorías; al mismo tiempo, facilita el trabajo del aparato digestivo.
Los cítricos, como las naranjas y los pomelos, al igual que otras frutas, como las grosellas, las fresas y las frambuesas, proporcionan vitamina C, que es vital para el colágeno, el material que otorga resistencia a las paredes de las venas.
También las fortalecen los ácidos grasos esenciales, presentes en los frutos secos, las semillas y el pescado azul.
Por último, los antioxidantes -sustancias que se encuentran, por ejemplo, en los arándanos rojos- permiten la reparación de los tejidos deteriorados.
Uno de los factores que agravan el problema de las várices es el estreñimiento, pues se ha comprobado que provoca un aumento en la presión de las venas de las piernas.
Para evitarlo, se aconseja incluir fibra en el menú diario. La fibra es la parte de los vegetales comestibles que el organismo no puede digerir; no proporciona nutrientes, pero ayuda a regular el proceso gastrointestinal. Se encuentra sobre todo en los cereales integrales (es decir, no procesados, que conservan todas las partes del grano, incluso el germen y el salvado), que además proporcionan vitaminas del grupo B y E y minerales como calcio, hierro y cinc.
Para complementar la dieta rica en fibra, se recomienda beber un mínimo de ocho vasos de agua por día, lo cual, además de impedir el estreñimiento, favorece la circulación de la sangre y la eliminación de toxinas.
Alimentos antivárices por excelencia
Arándanos rojos En las bayas rojas, azules y moradas se encuentran bioflavonoides, en particular antocianidinas, sustancias que pueden ayudar a prevenir las várices y reconstituir las venas y los capilares rotos. También inciden en el fortalecimiento de las paredes de los vasos sanguíneos, ya que evitan la destrucción de la proteína llamada colágeno.
Ajo crudo El ajo crudo es un alimento considerado como un activador de la circulación. Sin embargo, muchas personas no les agrada comerlos crudo. Una forma de hacerlo de manera fácil consiste en cortarlo al medio, retirar la hebra verde o blanca, que se halla en el centro y picarlo bien fino o procesarlo. Luego se mezcla la pasta obtenida con queso crema sin sal y se unta en tostadas de pan integral.
Aguacate Rico en vitamina E, vitamina B6, potasio, cobre y fibra alimentaria, el aguacate o palta es un alimento muy recomendado para quienes sufren el problema de las venas varicosas. Pero debe consumirse con moderación: si bien las grasas que aporta son de muy buena calidad (monoinsaturadas, es decir que no elevan el nivel de colesterol en sangre), tienen un alto contenido calórico.
Jengibre También se considera muy adecuado para combatir las várices. Una receta de jugo con jengibre y zanahoria es recomenado cosumirlo a diario. Para su elaboración, se ponen en la jarra le la licuadora: 1 vaso de agua mineral, I zanahoria cortada en trozos y 1/2 cucharadita de sngibre fresco rallado. Se licúa y se sirve.Se puede endulzar con una cucharadita de miel
Recomendaciones para prevenir las várices
Realizar ejercicio Aunque la genética desempeña un papel importante en el desarrollo de las várices o venas varicosas, la natación y los ejercicios ayudan a aumentar la circulación en las piernas y evitan las venas varicosas. Esto es especialmente importante en el embarazo, cuando un aumento de peso adicional puede ejercer presión sobre las venas de los pies.
Tomar remedios para las várices El mundo de la medicina natural puede ser útil en el tratamiento de las venas varicosas. El castaño de Indias es un remedio que se puede tomar en infusión y los biotavenoides aumentan la estabilidad vascular.
Usar medidas de soporte que compriman las venas y las mantengan en su sitio. Esto evita que las venas se estiren y limita el dolor.
Usar asientos bajos
Sentarse en un banco cuando se está cansado
Evitar estar de pie o sentado durante largos períodos de tiempo y levantar las piernas siempre que sea posible. Estas medidas reducen la presión de la sangre en las venas de las piernas. Estar de pie durante largo tiempo permite que la sangre se acumule en la parte inferior, debido a la presión elevada en las venas varicosas.
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