Alimentación macrobiótica ¿En qué consiste?
Desde el punto de vista de la alimentación, la macrobiótica es una forma de combinar los alimentos buscando el equilibrio físico, mental y espiritual. Desde una mirada más integral, esta ciencia busca la sensatez del hombre con el medio en el que está inmerso.
Aprendiendo a elegir los alimentos, a combinarlos y prepararlos en cada momento del año y de manera saludable, logramos profundizar nuestra conciencia sobre el tema de la nutrición.
Este movimiento tuve su origen en Japón del siglo XIX, impulsado por George Ohsawa, un filósofo que fue curado mediante este tipo de alimentación de la tuberculosis por su médico Sagen Ishizuka, quien seguía teorías ancestrales para mantener estables los niveles de alcalinidad de la sangre y así prevenir enfermedades.
A partir de ese momento Ohsawa aportó su mirada filosófica y difundió la teoría por el mundo.
La cocina macrobiótica en Europa
En los países europeos, el mercado está más organizado y permite encontrar más variedad de alimentos ecológicos y macrobióticos.
Sin embargo, el punto negativo es que se genera una sobreoferta de productos, en su mayoría precocinados, que no permiten un cambio real en las personas con respecto a un factor muy importante en la alimentación, que es dedicarle el tiempo adecuado a cocinar y a comer. Pues, cambian una alimentación basura por una “más sana”, pero sin hacer un verdadero cambio de conciencia”.
Fuera de Europa
El mercado es más limitado y desorganizado, pero genera un mayor compromiso en las personas porque es necesario dedicarle tiempo a las preparaciones de las comidas y a la búsqueda de los alimentos. En la dieta macrobiótica, la carne se desaconseja porque no encuentra equilibrio con los nutrientes. Por eso, se recomiendan alimentos integrales, cultivados con métodos tradicionales y sin aditivos químicos.
La base la constituyen:
Un 50 a 60 por 100 de cereales integrales: trigo, maíz, arroz, avena y cebada.
Un 20 a 30 por 100 de verduras cultivadas ecológicamente.
Un 5 a 10 por 100 de alimentos complementarios y condimentos.
Recetas saludables
Receta saludable #1: Ensalada de quinoa
Ingredientes (4 personas)
Quínoa 300 gr
Tofu (cualquiera que no sea blando) 300 gr
Salsa de soja Aceite
Zanahoria 3 medianas
Semillas de girasol 100 gr Perejil a gusto
Preparación
Calentar 2 partes de agua por cada parte de quínoa hasta hervir. Lavar muy bien la quínoa y echar a la .cacerola con una cucharadita de sal, tapar y cocinar 20 min. o hasta que se consuma todo el agua, a fuego bajo. Retirar de la olla para que no se siga cocinando y no se pegue.
Cortar el tofu en dados no muy pequeños y saltear en una sartén con una cucharadita de aceite, salsa de soja y agua, hasta que esta se evapore completamente. Rallar zanahoria muy fina agregar un poco de sal y amasar hasta que suelte un poco del líquido. Tostar con las semillas de girasol y picar el perejil. Mezclar todos los ingredientes y servir.
Receta saludable #2: Gelatina de fresas
Ingredientes
Manzanas 4
Fresas 1 k.
Agar-agar 1 cda. sopera
Preparación
Cocer en una olla la manzana pelada y cortada en dados, con una pizca de sal y un poquito de agua para que no se quemen. Cuanto más cocinemos las manzanas más dulces estarán. Cocer las fresas hasta que estén blandas y mezclar con las manzanas
Disolver el agar-agar en una taza de agua fría y echar a las frutas. Cocinar 5 minutos. Batir todo y poner en moldes hasta que solidifiquen.
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