Alimentación masculina ¿Difiere de la femenina?
Cada día que pasa, los hombres se muestran más interesados por su nutrición y por los efectos de ésta sobre el funcionamiento del organismo.
Sin embargo, no es sino hasta alcanzar la mediana edad que estos empiezan a analizar los peligrosos efectos que desencadenan los hábitos alimentarios y el estrés de la rutina diaria. No esperes a superar los 35 años, para comportarte responsablemente con el cuidado de tu salud.
Ideal para el género
La dieta perfecta para el hombre debe cubrir las necesidades energéticas y nutricionales del organismo, siempre ajustándose a sus gustos particulares y preferencias, para que resulte sencillo llevarla a cabo. Estas necesidades varían a lo largo de la vida, ya que dependiendo de los cambios morfológicos y físicos que tengan lugar en su
organismo, se dará lugar a requerimientos totalmente diferentes a los de una mujer.
Energía requerida
En los hombres, las calorías ingeridas en su dieta diaria deberán ajustarse a lo requerido por el organismo, y al desarrollo de las actividades profesionales y deportivas que ejecute. El consumo de comidas fritas debe reducirse lo más que se pueda; y en cambio, se debe aumentar la ingesta de cereales nobles, frutas y verduras, incluyéndolas como parte fundamental de la dieta llevada a cabo.
Proteínas y carbohidratos
Las proteínas deben aportar por lo menos 12%-14% del total de las calorías consumidas en la dieta, un elemento de vital importancia para el efectivo desarrollo de la masa muscular; así que, surte tu nevera con carnes rojas y blancas, legumbres, huevos y lácteos.
Los carbohidratos, por su parte, deben aportar del 50% al 55% del total de las calorías ingeridas en el día; la mejor y más sana manera de consumirlos, es en alimentos ricos en hidratos de carbono de absorción lenta, como papas y legumbres.
Alerta a las grasas
Entre 30% y 33% es el total de calorías aportadas por la grasa que un hombre debe consumir diariamente. El consumo de grasas saturadas responsables de los problemas de peso, debe reducirse al mínimo, una manera de lograrlo es utilizar aceite de oliva en las comidas, pues este no cambia su composición química frente a las altas temperaturas; otra alternativa es consumir frutos secos, cuyos ácidos grasos benefician el sistema nervioso y disminuyen el índice de colesterol en la sangre.
También es recomendable incluir pescados azules y leches enriquecidas con omega-3, para aprovechar sus propiedades cardiosaludables.
Vitaminas y minerales
Éstas son vitales y esenciales en toda dieta saludable, por lo tanto, es recomendable consumir al menos una ración de derivados lácteos al día, ya que estos son una fuente importante de vitamina D, y del calcio necesario para el desarrollo óseo.
Por su parte, las frutas y verduras son otra gran fuente de vitaminas, minerales y fibra, que ayudan al buen funcionamiento del cuerpo, mientras que los alimentos ricos en vitamina E y selenio, son excelentes antioxidantes, fomentando el retraso en el proceso de envejecimiento, y la prevención de enfermedades degenerativas y crónicas, como el cáncer.
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